Da miedo, ¿verdad?, ¿Os habéis preguntado qué es esa nube negra, esa “boina” que se forma encima de las ciudades? Es la contaminación atmosférica. Se forma por la acumulación de partículas sólidas en suspensión, óxidos de nitrógeno, dióxido de azufre, ozono, monóxido de carbono o compuestos orgánicos volátiles. Las fuentes son variadas aunque el tráfico rodado y la quema de combustibles fósiles por la industria son las más importantes. Tiene graves implicaciones para la salud. En 1952, Londres sufrió el “the great smog”. Un frio invierno y el viento de un anticiclón arrastró el humo de las factorías de carbón, dejando la ciudad inmersa en una oscura niebla durante semanas. Hubo cerca de 10000 afectados y entorno a 4000 muertes prematuras. ¿Cómo podemos solucionarlo? Los investigadores lo tienen muy claro: Hay que inventar tecnología menos contaminante, legislar para propiciar ese cambio de modelo y desarrollar las ciudades de acuerdo a este problema, con más zonas verdes y calles más amplias. Pero en esto estamos todos implicados. Cualquier cosa puede ayudar. En china, han diseñado bicicletas que limpian el aire… un concepto novedoso y hermosamente sencillo.
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