Las auroras polares se forman cuando el viento solar interacciona con el campo magnético de la Tierra. Esto hace que en los polos magnéticos, se genere en la atmósfera un fenómeno de lumiscencia, cuando dicha radiación interacciones con los gases de la atmósfera. Es un espectáculo visual, de colores llamativos que dependen de la composición de los gases en ese momento, que se puede observar cerca de las zonas polares. Hay de dos tipos, en función del lugar: las auroras boreales (polo norte) y las auroras australes (polo sur).